viernes, 31 de mayo de 2013

La furia de las tormentas, de Anne Sexton


La lluvia tamborilea como hormigas rojas,
rebotando cada una en mi ventana.
Esas hormigas tienen mucho dolor
y gritan mientras golpean,
como si sus pequeñas patas sólo estuvieran
cosidas y sus cabezas encoladas.
Y oh, traen a la mente la tumba,
tan humilde, tan deseosa de ser fustigada
con su desagradable letrero y
el cuerpo tumbado bajo la tierra
sin un paraguas.
La depresión es aburrida, creo,
y sería mejor hacer
una sopa y alumbrar la cueva.




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